Blas Blas...

Blas Blas...

El de los dulces sigue moviendo las monedas,
Avanzo entre el amarillo profundo de este ruido,
Mirando de reojo para descubrir mi espalda,
Cargada, un poco pesada, pero bien,
Siempre hay algo.

Si estamos vivos en el patio de los muertos,
Pero seguimos despiertos,
Ante toda esta tontera,
Si no lo quiero, no la quiero,
Pueden irse donde quieran,
Pero por favor manténganse lejos,
Miren a otro lado, lejos, lejos,
Lejos de mi casa, mis anhelos, de mis sueños más profundos,
De nuestro afán de seguir vivos en nuestro cuento,
Estando vivos en el patio de los muertos.
Si tenis razón hueon, seguimos rodeados de viejos vinagres,
Cortadores de sueños y ensueños de
Saturadas vidas de
Deseos inconclusos, y
Otros no tanto.
Me ruego a mí mismo que dios no la cage,
Parece que siempre es
Lo mismo con ustedes.

No, así no se puede, así no quiero, no
Anda, no funciona, no ves que no.
Esto es eso, la negación absoluta
De una existencia incompleta, a ratos
Divertida en aquellos asuntos,
Pero con algo; sentido,
Con mucho sentido,
Dado por lo gratificante de tu compañía.
En instancias leves, descubro el improviso.


Somos arte y parte de nuestra vía,
Les guste o no, tenemos la facilidad
De poder limpiarnos
El culo con lo que no nos interesa,
Lo que carguen impuesto sobre sus cabezas,
Que endurece sus cráneos, cerebros y
Pensamientos cuadrados
Pero que no nos cuadraran,
Nunca lo harán.